Devociones perdidas, La Semana Santa del ayer

El diario «La Unión Mercantil» y la Semana Santa de 1922 (III)

Paso de Jesús orando en el Huerto detenido ante la sede de La Unión Mercantil el Lunes Santo 10 de abril de 1922. (Foto: Sánchez)
Paso de Jesús orando en el Huerto detenido ante la sede de La Unión Mercantil el Lunes Santo de 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
LAS COFRADÍAS FOTOGRAFIADAS POR LA UNIÓN MERCANTIL:  REVIVIENDO EL PASADO (I)
EL HUERTO

Volviendo a la Semana Santa de 1922 y en lo que concierne a las corporaciones que nos ocupan, vamos a destacar algunos de sus aspectos procesionales así como las reformas que sufrieron aquel año. La mayoría de las imágenes retratadas así como sus tronos fueron destruidos en la década de los treinta; sin embargo, otras corrieron mejor suerte y pudieron salvarse de la hoguera o ser rescatadas en el último momento. Este último sería el caso de la soberbia imagen de Jesús Orando en el Huerto labrada por el insigne escultor malagueño Fernando Vicente Ortiz Comarcada entre 1756 y 1757. En 1922 la cofradía del Huerto procesionó el Lunes Santo 10 de abril saliendo de la parroquial de los Santos Mártires después de las ocho y media de la noche. Fue la única hermandad cuyo itinerario sí recogió oficialmente el tránsito por la calle de Sebastián Souviron. La comitiva fue encabezada por la Guardia Civil (sic) seguida del Real Cuerpo de Bomberos, el guión corporativo, cien penitentes portando hachetas, el estandarte y el trono del Señor seguido por la banda de cornetas del Regimiento de Álava; a continuación

Fotografía tomada en la Plaza de los Mártires que podría datarse en 1922.
Fotografía tomada en la Plaza de los Mártires que podría datarse en 1923.

cien penitentes, el trono de la Virgen, la presidencia donde figuraba el hermano mayor y exalcalde de la ciudad Rodrigo Garret y Souto, que también fue cónsul honorario de Grecia en Málaga; por último y cerrando la procesión iba la banda de música del citado Regimiento de Álava. Los nazarenos vestían túnicas blancas de raso con botonadura, capirote y capa morada en la sección del Cristo y azul en la de la Virgen ceñidas por sardineta del color respectivo, prescindiendo de la capa para los penitentes cuyas sotanas eran de cola (21). En el primer paso se representaba el misterio de la Oración de Jesús en el Huerto de los olivos, apareciendo la Soberana Imagen del Señor en su estado primitivo; esto es, con el  cuerpo original que presentaba una pose de mayor dramatismo acentuado por el giro de la testa y la posición implorante de los brazos y manos. En 1931 la imagen fue prácticamente destruida aunque se salvaron la cabeza y manos muy deterioradas, siendo toscamente restaurada por Francisco Palma García en 1938. En la fotografía de 1922 vemos al Cristo sobre el trono tallado por Antonio Olmo San Martín que había pertenecido a Jesús de la Misericordia (22); andas doradas de reducido tamaño en estilo manierista evocadoras de las peanas y tronos de carrete, iluminadas por grupos de tulipas de cristal blanco con gas acetileno (a partir de 1923 este trono fue utilizado para procesionar a la Dolorosa). La figura del Redentor vestía una magnífica túnica caudal bordada de ampulosos motivos barrocos ceñida por una sardineta con chorrera de encaje en el pecho y las mangas; lucía potencias en plata de rayos flamígeros y aparecía realzada por el característico risco de corcho salpicado de flores silvestres. La principal novedad de aquel año fue la remodelación iconográfica del paso de la Oración, tras ser suprimida la palmera victoriosa del martirio recubierta de hiedra y de cuyas ramas pendía un angelote que representa a Egudiel portando el Cáliz. En su lugar se dispuso un olivo situado en el ángulo frontal derecho que mantenía la composición diagonal e imprimía a la escena un carácter más realista pero de menor carga simbólica.

Paso de la Virgen de la Concepción Dolorosa ante la redacción de Las Uniones en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
El paso de la Virgen de la Concepción Dolorosa ante la redacción de Las Uniones en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)

En el segundo paso procesionaba la Virgen de la Concepción Dolorosa, talla anónima del siglo XVIII cuya fraternidad se había agregado a la del Huerto en 1920. La imagen aparecía sobre un trono de carrete sin palio obra de los hermanos Casasola que había pertenecido a Jesús «El Rico» llevando la ráfaga y la media luna a sus pies, en alusión a la visión apocalíptica de San Juan en Patmos (23). Para completar la iconografía de la Inmaculada, en aquella salida la imagen estrenó un manto de terciopelo azul celeste liso con pasamanería del bordador valenciano afincado en Sevilla Juan Bautista Jimeno; también la reforma del trono con sus arbotantes metálicos, luciendo iluminación eléctrica en la ráfaga y la corona (24). La Virgen, concebida más como imagen letífica que pasionista, sería destrozada en 1931 pero, al igual que ocurrió con la talla del Señor, su cabeza fue hallada entre los escombros, si bien la hermandad optó por buscar una nueva imagen titular ante el deterioro de la primitiva (25).

LAS FUSIONADAS
El Martes Santo 11 de abril fueron dos las hermandades que salieron en procesión pasando ambas ante la sede de La Unión Mercantil. En las páginas del periódico volvía a advertirse sobre la realización de fotografías al paso de los desfiles por la calle de Sebastián Souviron:
Con objeto de prevenir cualquier alarma que se pudiera producir, advertimos al público que se congrega en la calle de Sebastián Souviron que nuestro redactor gráfico señor Sánchez dará varios fogonazos de magnesio para obtener fotografías. (26)
Paso de Jesús de Azotes y Columna el Martes Santo de 1922.
Paso de Jesús de Azotes y Columna el Martes Santo de 1922. (Foto: Francisco Sánchez)

La primera cofradía fue la hoy llamada Las Fusionadas que por entonces procesionaba tres pasos: Jesús de Azotes y Columna, el Cristo de la Exaltación y la Virgen del Mayor Dolor (el Cristo de la Vera+Cruz y el de Ánimas de Ciegos no eran procesionados por entonces), saliendo de la parroquia de San Juan a las nueve de la noche (27). Todas estas imágenes se salvaron de la furia destructiva de 1931 y 1936, si bien y como es sabido, el Crucificado y la Dolorosa (así como el San Juan y la Virgen de Lágrimas y Favores) perecieron en el incendio acaecido en el altar de su capilla en 1980. El paso de la Flagelación era presidido por la escultura dieciochesca de Nuestro Padre Jesús de Azotes y Columna (28) cuyos nazarenos vestían túnica y capirote de terciopelo color morado y cíngulo dorado.

El misterio del Señor de Azotes y Columna en una imagen próxima a 1922.
El Señor de Azotes y Columna en una imagen próxima a 1922.

Por entonces, la imagen lucía cabellera de pelo natural con tirabuzones, potencias de ráfaga o peineta y faldellín bordado en oro, figurando atada mediante un cordón de oro a su valiosa columna barroca de principios del XVIII de supuesto origen colonial. La escena se completaba con los dos sayones flagelantes que conformaban el misterio desde al menos finales del siglo XVIII (29), tratándose del grupo escultórico y la representación iconográfica más antiguos de los conservados en aquella época. Las eclécticas aunque llamativas andas sobre las que procesionaba se debían al artífice local José Benítez Oliver en 1918, siendo de líneas rectas realizadas en madera obscura con molduras, guirnaldas y cartelas doradas, y altorrelieves de Francisco Palma García. El conjunto se iluminaba por un friso de tulipas blancas talladas e iba escuetamente exornado con algunas florecillas de tonos claros. En la fotografía de Sánchez se advierte el fogonazo del magnesio reflejado de manera poderosa en las molduras superiores del altísimo y personal cajillo, así como en las figuras de los nazarenos que ostentaban los cargos de bastoneros y campanilleros, suponiendo que los capirotes de estos últimos debían ser de raso a tenor del distinto brillo que se puede observar.

El Cristo de la Exaltación sobre su trono ya de regreso a la iglesia de San Juan en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
El Cristo de la Exaltación sobre su trono de regreso a la iglesia de San Juan en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
En el segundo paso procesionaba el misterio del Cristo de la Exaltación, imagen anónima del primer cuarto del siglo XVIII que iba acompañada por tres sayones judíos de talla completa en ademán de izar el madero. El Crucificado llevaba entonces peluca natural, corona de espinas metálica y paño de pureza textil, yendo clavado a una cruz de sección mixtilínea de perfiles rectos en tonos obscuros y dorados rematada en perinolas y que aquel año iba coronada por el Titulus Crvcis o inri. El trono, de acusada escocia y tallas doradas se debía al artista malagueño Antonio Nadales Pládenas que lo realizó en 1917 (30). En la fotografía también advertimos que la iluminación de las andas (con luz eléctrica) era mediante tulipas de las llamadas guardabrisas, de formato más alargado que las usadas en los tronos locales de la época, normalmente en cristal tallado en tonos ámbar, rojizos o pálidos. Los nazarenos de esta sección vestían sotana y capirote de terciopelo color negro y cíngulo dorado, llevando capa los bastoneros y campanilleros. Aquel Martes Santo se estrenó un estandarte del Cristo con bordados en oro. El cliché de Sánchez recoge en primer término a varios acólitos turiferarios y monaguillos conformando el acompañamiento litúrgico del paso, con sus incensarios y navetas, algunos revestidos con dalmáticas de brocados.
El paso de la Virgen del Mayor Dolor detenido en la calle de Sebastián Souviron en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
El paso de la Virgen del Mayor Dolor detenido en la calle de Sebastián Souviron en 1922. (Foto: Francisco Sánchez)
Trono de la Virgen del Mayor Dolor en el interior de San Juan hacia 1921.
Trono de la Virgen del Mayor Dolor en el interior de San Juan hacia 1921.

Cerraba el desfile la Virgen del Mayor Dolor de la cofradía de la Santa Vera+Cruz y Sangre, imagen de mediados del siglo XVIII que desde 1919 procesionaba bajo palio en un trono barroco realizado por Antonio Barrabino en madera tallada y dorada (31). En sus laterales destacaban sendos bustos de un Ecce-Homo y una dolorosa debidos a Francisco Palma García. La imagen iba cobijada por un elegante palio azul de figura bordado en oro, sustentado interiormente por diez barras de plata Meneses cuyas macollas remataban el bastidor del techo, figurando el Escudo Real y el de Málaga en las bambalinas delantera y trasera respectivamente. En su origen y hasta al menos 1914, la Dolorosa había figurado en posición sedente al pie del histórico Crucificado de la Vera+Cruz junto al admirable San Juan de Fernando Ortiz.  A lo largo de su historia la Virgen había carecido de advocación si bien al incorporarle una devanadera para presentarla erguida con la intención de procesionarla adoptó su piadoso título. En aquella procesión de 1922 la Virgen del Mayor Dolor lució vestido de seda blanco y tisú de oro y manto azul eléctrico bordado en oro; sobre sus sienes una corona en metal dorado, llevando entre sus manos la corona de espinas -atributo pasionista habitual de las dolorosas en el siglo XVII- y una espada atravesando su pecho. El paso se iluminaba por grupos de candelabros con tulipas dispuestos en los costados y piezas de candelería en plata Meneses dispuestas ante la imagen. Asimismo, cuatro ánforas iban colocadas en los espacios entrebarras, dos de las cuales fueron estrenadas aquel año tras donación de la camarera de la Virgen Dñª. Concepción Panigua, esposa del hermano mayor  José Benítez Ferreter. También se estrenó un estandarte bordado en oro para esta sección, cuyos nazarenos vestían túnicas de capa en color blanco con botonadura, capirote de raso azul y cíngulo dorado. Asimismo, se añadieron ocho paños de bocina en terciopelo negro y se acometieron diferentes reformas en los tronos, sumando todo ello la cantidad de 18.000 pesetas (32).

Notas:
(21). La Unión Mercantil, Málaga, 9-IV-1922 y 10-IV-1922. ANÓNIMO, Lunes Santo, Nuestro P. Jesús Orando en el Huerto y María Santísima en su Concepción Dolorosa, La Saeta, Málaga, 1922, p. 9.
(22). Tronos. Orígenes y evolución, http://www.huertoconcepcion.es, Consulta realizada el 13-X-2016.
(23). Ibídem. Visualizando las fotografías aquellas andas puede comprobarse que su morfología recuerda la de los tronos o pasos de gloria: amplio tablero en cuyo centro se erige la peana donde se alza la imagen iluminada por cuatro esbeltos candelabros o arbotantes dispuestos en las esquinas.
(24). ANÓNIMO, Reformas en las Cofradías, La Saeta, Málaga, 1922, p. 41. CLAVIJO GARCÍA, A., La Semana Santa malagueña en su iconografía desaparecida. 500 años de plástica cofradiera, Semana Santa en Málaga, vol. 1, Ed. Arguval, Málaga, 1987, p. 71.
(25). TORRES PONCE, J.M., En busca de una paternidad desconocida: La imagen de Nuestra Señora de la Concepción en el panorama escultórico barroco malagueño. Una primera aproximación a su estudio histórico-artístico, Universidad Internacional de Andalucía, Málaga, 2014, p.45.
(26). La Unión Mercantil, Málaga, 11-IV-1922.
(27). Si nos atenemos a la documentación gráfica existente, puede advertirse que la procesión daba principio en los aledaños de la iglesia y no desde el interior del templo, al menos con anterioridad a 1924, pues hay una foto de ese año ya con el nuevo trono de Rodríguez Zapata, justo delante del local donde se halla la zapatería de Hinojosa que había sido fundada en 1920. Aquel año el Señor no lució la peluca de pelo natural y los soldados romanos habían permutado su situación en la escena. Una fotografía anterior muestra el grupo escultórico aún sobre el trono de Benítez Oliver, observando un exorno floral y tulipas diferentes a los de 1922. La decisión de montar los tronos en la calle pudo deberse a que la puerta de los pies del templo se hallaba cegada y las dimensiones de los tronos dificultarían la salida por la portada de la torre.
(28). La imagen hubo de ser creada hacia 1730 en opinión de Juan A. Sánchez López, fecha de las primeras constituciones de la Hermandad de la Columna en el extinto convento franciscano de San Luis el Real (sin embargo, casi un siglo antes, ya existía una capilla del Santo Cristo de la Columna en el citado cenobio perteneciente a la familia Ventimiglia, quienes hacia 1646 iniciaron el culto a dicha advocación, deduciéndose que hubo una imagen anterior). La efigie ha sufrido numerosas intervenciones que han alterado su fisonomía original, subrayando las de 1931-32 y 1938 (la talla fue seccionada en tres partes y guardada en barriles de carburo para salvaguardarla de los asaltos iconoclastas) y la muy desafortunada acometida por Mario Palma Burgos en 1983 (en aquel momento la imagen presentaba cinco lágrimas de cristal que fueron suprimidas). Pese a desconocerse su autoría, José Luis Romero Torres atribuyó la efigie al taller del ubetense Miguel Félix de Zayas (1661-1729), discípulo directo, heredero y continuador del taller de Pedro de Mena y, más recientemente, a raíz de su última restauración a cargo de Juan Manuel Miñarro en 2006, el propio imaginero y también José Manuel Vera Mellado la relacionaron con Andrés de Carvajal y Campos (1709-1779) natural de Fondón (Almería), activo en Antequera hacia 1740. Por su parte, el historiador José Manuel Torres Ponce apunta una tradicional atribución al taller de José de Zayas (h. 1695-1741), hijo del citado Miguel Félix de Zayas, en torno a la fecha fundacional de la corporación.
(29). La placa de mayordomía labrada en plata por el orfebre José de Reina y Laguna fechada en 1793, cuando la entonces Hermandad del Cristo de la Columna residía en su sede fundacional del convento franciscano de San Luis el Real, recoge la escena evangélica tal y como llegó al siglo XX hasta la destrucción de los personajes secundarios en 1931. Actualmente se desconoce su paradero.
(30). CLAVIJO GARCÍA, A., La Semana Santa malagueña en su iconografía desaparecida. 500 años de plástica cofradiera, vol. 1, Ed. Arguval, Málaga, 1987, p. 235.
(31). Ibídem, p. 244.
(32). ANÓNIMO, op. cit., Málaga, 1922.

1 comentario en “El diario «La Unión Mercantil» y la Semana Santa de 1922 (III)”

  1. El Popular, Eco Popular, El Cronista, Diario de Malaga, El Regional, La Union Mercantil, La Union de Malaga, Amanecer, Vida Nueva, Boinas Rojas y Julio, entre otros, con mas de 16.700 ejemplares asociados, son periodicos que estan accesibles desde la web a traves de nuestro catalogo automatizado; el resto de titulos se iran incorporando progresivamente.

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